El bokoninismo es, hasta hoy, la única religión basada en mentiras que no sólo no intenta ocultarlo, sino que se enorgullece de ello. No es una religión muy extendida, ya que al contrario del resto de las religiones no se preocupa de hacer ver al mundo que la suya es la creencia verdadera, y que son los seguidores de las otras los que irán al infierno (precisamente porque afirman justamente lo contrario, que su religión es completamente falsa). La base del bokononismo es que la gran mayoría de las mentiras que contamos y que nos cuentan están orientadas al bien, y por ello la mentira es necesaria para ser feliz.
El nacimiento del bokononismo fue muy simple. Cuando el dictador Papa Monzano llegó al poder en la isla de San Lorenzo, preguntó a su amigo Bokonon qué podía hacer para mantener la ferrea dictadura que él quería, pero permitiendo al mismo tiempo que los habitantes de la isla fueron felices. Bokonon le dijo que la única forma de hacer eso es conseguir que los ciudadanos se sintieran libres y rebeldes; que hicieran algo prohibido. Y así creó el bokononismo y convenció a su amigo Papa Monzano para que lo prohibiera bajo pena de muerte. Con el tiempo, todo los habitantes de San Lorenzo practicaban el bokononismo en secreto, sintiendose felices gracias a esa mentira a pesar de vivir en un infierno.
Creo que la vida ya es demasiado dura como para limitarla con reglas estúpidas que no llevan a ningún lado. Todos hemos dicho mentiras y creído mentiras sabiendo que lo eran, y todos hemos sido felices, al menos temporalmente, haciendo eso. Así que seamos lo bastante valientes para admitirlo y abrazar el bokononismo.
Bueno, realmente todo lo que he contado en realidad no es cierto. El bokononismo no existe, es una religión inventada en el libro Cuna de gato de Kurt Vonnegut Jr, que aprovecho para recomendar a todo el mundo.
Pero verdad que es una historia muy buena para empezar un blog? Jejejeje...
Más información sobre Bokonon y sobre Cuna de gato
Vooooolaaaaareeeeee, uooooh oooooh
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Holi, pueblo mío!
Ya sé que estabais en un sinvivir (no), porque este año no había crónica
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